1) Si tomas medicamentos como por ejemplo para controlar la presión sanguínea o cualquier otra prescripción médica, lee el folleto. Es probable que la medicación afecte tu libido. Algunos fármacos desencadenan serotonina en la sangre lo que baja el apetito sexual. La mejor manera de superar esto es consultar al médico y pedirle un comprimido alternativo. El impulso sexual suele dispararse nuevamente una vez que se cambian los medicamentos.
2) La mayoría de las veces, el poco deseo sexual se debe a una baja autoestima. Algunas personas prestan mucha atención a las proporciones de su cuerpo y se enfocan tanto en esto que no pueden disfrutar en el amor. A veces, uno tiende a comparar su cuerpo con el de los famosos y modelos y se pierde el sentido de la realidad. Si eres mujer, te sorprenderá saber que los hombres prefieren las mujeres con algo de grasa. Si el aspecto de tu cuerpo te preocupa mucho, entonces haz algo al respecto. Toma iniciativa y haz ejercicios con regularidad. El ejercicio no sólo hará que te veas mejor sino además, aumentará tu libido.
3) El estrés es un enemigo del amor. La tensión diaria que provocan los titulares, la obtención de un salario decente y todas las preocupaciones cotidianas hacen que disminuya la salud y en especial la conducta sexual. El estrés afecta los niveles de testosterona y el estrógeno. La mejor manera de superar esto es organizar actividades juntos. Tomar clases de yoga, un curso de natación, ir al gimnasio, o incluso bailar juntos puede ayudar a superar este problema. El sexo en sí es una gran terapia anti estrés.
4) El sexo puede volverse monótono, porque después de un tiempo, las cosas se tornan mecánicas. Para superar esto, se puede incursionar en otras áreas y posturas no demasiado exploradas por la pareja, cambiar de juegos, de rutinas. Compartir esta búsqueda con la pareja puede ser muy motivante. También es importante cambiar el lugar en el que se tiene sexo. Comenzar el día con una sesión de sexo puede ser muy refrescante y motivante.
5) La libido de la mujer suele disminuir con el parto. No solamente tiene que atender al recién nacido cada minuto del día, sino también en la noche. Como resultado, se siente agotada. Los nervios y músculos pélvicos se estiran durante el parto, lo que reduce la sensibilidad genital de la mujer y la satisfacción sexual disminuye. La lactancia materna aumenta el nivel de prolactina, que reduce el deseo sexual. Pero esto puede ser manejado fácilmente. En primer lugar, comprender los patrones de sueño del bebé, para tener un momento de intimidad y relax en pareja, lo que es fundamental. También se puede ayudar a la recuperación con algunos ejercicios en la región pélvica. Consulta a tu médico. Y además, la lactancia es una etapa pasajera.
Aumentar el deseo sexual no es difícil, y puede ser solucionado si los dos integrantes de la pareja están de acuerdo en encontrar una solución. Lo importante es mantener interés en la pareja y en que las cosas funcionen bien y no darlo todo por perdido.
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